
El siglo XVI es notable por muchas razones, pero en particular lo es por la cantidad de mujeres poderosas que en él vivieron.
Es indudable que la más importante, notable e influyente mujer italiana de este período fue una reina de Francia, Catalina de Médicis.
Ha pasado a la Historia como el arquetipo de reina despiadada y calculadora, llamada con diversos apelativos como “la Reina Negra” y “Madame la Serpente”.
Contemporánea y ex aliada de Isabel I de Inglaterra, Catalina de Médicis demostró ser una magnífica estratega política y una conspiradora implacable. Gobernó Francia con gran determinación para sus enfermizos y corruptos hijos, tres de los cuales llegaron a ser reyes de dicho país.
Al haber tratado de fomentar la tolerancia religiosa se vio forzada a adoptar medidas extremas en su lucha por conservar el legado de su marido y el derecho de cuna real de sus hijos. Esto condujo a la infame Matanza de la Noche de San Bartolomé del 24 de agosto de 1572, en que fueron masacrados miles de protestantes franceses, lo que contribuyó al deterioro de su imagen y hacerla más impopular.
Es improbable que sin Catalina sus hijos se hubieran mantenido en el poder. Aunque era una mujer práctica y culta, buscaba guía en sus adivinos y astrólogos, y en el ocultismo.
Fue una gran admiradora y protectora de Nostradamus. Apasionadamente interesada por las personas con don profético, se murmuraba que ella misma era vidente. Muchos de sus íntimos afirmaban que solía despertarse gritando y profetizando, por ejemplo, la temprana muerte de un ser querido. Hasta su hija Margot fue testigo de que Catalina había vaticinado acertadamente su muerte por haberla soñado.
Catalina María Rómula de Medici nació Florencia, Italia y A temprana edad quedo huérfana, por lo que quedó bajo el amparo del papa León X.
En 1527 los Medici fueron expulsados de la capital toscana, motivo por el que Catalina fue recluida en conventos. En 1530, su tío, el recién proclamado papa Clemente VII, concertó para ella un calculado matrimonio con Enrique, duque de Orleáns y segundo heredero del rey francés Francisco I. El 28 de octubre de 1533 se celebró la boda con una Catalina de rostro triste, pues para entonces la italiana ya había constatado cómo su esposo exhibía sin pudor una apasionada relación sentimental con la bella cortesana Diana de Poitiers.
Esta sonora infidelidad conyugal no impidió que Catalina quedase en cinta en 11 ocasiones. De todos sus hijos nacidos, siete llegaron a la edad adulta y cinco de ellos lograron reinar. Por el echo de ser italiana Catalina no era muy bien vista en la corte francesa, pero con inteligencia logró ganarse el favor del rey Francisco I. En 1536 Francisco muere, a causa del efecto que le provocó beber agua luego de un partido de tenis, se pensó que había sido envenenado, y las sospechas recayeron en Catalina, ya que el agua le fue servida por un copero italiano, pero de que fuera o no Catalina eso quedó en el misterio.
Luego Enrique paso a ser delfín de Francia y Catalina delfina y heredera al trono. En 1547 luego de la muerte del rey Francisco, Enrique sube al trono bajo el nombre de Enrique II y por lo tanto Catalina se convierte en reina de Francia.
Ella y Enrique tuvieron 10 hijos entre ellos los reyes Francisco II, Carlos IX, su hijo favorito Enrique III, Isabel quien fue reina de España por su matrimonio con Felipe II, y también la bella Margarita de Valois, quien fue famosa en la historia como La reina Margot.
En el transcurso de su vida Catalina, tuvo que soportar el desprecio de su esposo, a quien ella tanto amaba, Enrique tenía una amante, Diana de Poiters, Catalina se torturaba aún más haciendo poner tubos entre sus aposentos y los de su marido para ver cuando éste estaba junto a Diana. Enrique siempre prefirió a Diana antes que a Catalina, y era Diana la que mandaba a Enrique que cumpliera con sus deberes conyugales. Eso provoco que Catalina respondiera con ira, se le han imputado varios crímenes, entre ellos la muerte de Juana de Navarra –madre de Enrique el prometido de Margarita- quien fue envenenada con unos guantes; y fue la verdadera organizadora de la masacre de la noche de San Bartolomé.
Obligo a su hija Margarita a casarse con el rey de Navarra- futuro Enrique IV de Francia- en contra de su voluntad, y con eso atraer a los hugonotes –religión que profesaba Enrique- y hacerlos caer en la trampa, los católicos atacaron y asesinaron a todos los hugonotes que encontraron aquella noche en París. Luego de aquella masacre quiso envenenar a Enrique- Catalina tenía miedo que éste heredara el trono, porque se lo había dicho un profeta- para lograrlo llenó de veneno las páginas de un libro de cetrería, deporte que gustaba mucho a Enrique, y así mientras lo leyera se iría envenenando de a poco, pero el libro no lo leyó Enrique, sino que Carlos, el propio hijo de Catalina, a quien también le gustaba mucho aquel deporte, a pocos días del hecho Carlos falleció.
El trono quedó entonces en manos del hijo favorito de Catalina, Enrique, pero las cosas no fueron como Catalina se había imaginado y el hijo a quien ella dedicó tanto, no la consideró en su gobierno en lo más mínimo. Ambos fallecieron el año 1589. Después de la muerte del último de los Valois, subió al trono de Francia, Enrique de Navarra, bajo el nombre de Enrique IV, para eso tubo que abjurar del protestantismo, de lo contrario lo ejecutarían, de ahí el refrán "París bien vale una misa" aunque se piensa que profesaba su religión en secreto.
Ese fue el fin de Catalina, pero para ser justos con ella debemos entender que se crió en un ambiente de crímenes y era difícil que reaccionara de otro modo.
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